Director: Cary Fukunaga
Guión: Moira Buffini (Novela: Charlotte Brontë)
“Jane Eyre” es una nueva adaptación de la novela más famosa de
Charlotte Bronte. El libro, mucho más convencional que “Cumbres
borrascosas” de su hermana Emily, es una historia dickensiana acerca de una
institutriz que busca su lugar en el mundo y que no se adapta ni a la presión
de una familia adoptiva que no la aprecia ni a las convenciones fijadas
para su sexo y estatus social. Eyre (estupenda Mia Wasikowska) transita por
diferentes lugares (paramos, colegios, parroquias, caserones) pero será
en la mansión llena de secretos de Thornfield donde encuentre el amor entre las
sombras y las luces de un lugar dominado por la presencia del Sr. Rochester
(irreconocible Michael Fassbender) atormentado por un pasado que sale a relucir
al tiempo que surge el amor arrebatado entre el amo y la institutriz.
El director, que sorprendió con la dura “Sin nombre”- acerca de la tribu de
los Mara Salvatrucha mexicanos- ofrece una adaptación elegante y
visualmente imaginativa aunque lastrada por un guión que no aporta gran cosa a
uno de los relatos más transitados por el cine y las series televisión y en el
que falla el punto central del filme: la química entre los dos protagonistas
con lo que el peso de la historia de amor “fou” recae en unos
diálogos alternativamente inteligentes o acartonados y algo cursis.
Se agradece, no obstante, al filme de Fukunaga su inmersión en el universo
psicológico y sociológico en el que vive inmersa la protagonista femenina
que destaca por encima de todos los demás personajes del filme. Solo Judi
Dench (en el papel de fiel sirvienta de la ominosa mansión en la que
busca refugio esta institutriz poco común) logra robarle alguna secuencia
a una joven e inspiradísima Wasikowska que se adueña de la película,
empequeñeciendo a un M. Fassbender en horas bajas incapaz de
transmitir el dolor interno, la pasión y la furia del personaje masculino
más que en momentos aislados y por sus acciones puntuales. Estamos, pues,
ante un filme elegante y arropado por un excelente equipo técnico artístico
-con una delicada partitura de Dario Marianelli y una amplia paleta cromática-
pero donde Fukunaga no arriesga casi nunca más de lo necesario a la
hora de contar una historia universal sobre la feminidad, la autosuperación, el
amor interclasista y el choque entre lo racional y lo pasional.
Eduardo Nabal es el autor del Blog Al Margen de Mí y autor del libro "El marica, la bruja y el Armario" y colaborado en el blog de KontraKorrorronte donde analiza periódicamente aspectos del cine no comercial de temática LGTBQ o contenidos que se escapan a la mirada clásica en el cine comercial.
Looks wonderful! Alas, living outside the UK once again makes me feel unhappy!
ResponderEliminarShelle@Adam4Adam